ESCRIBO
Me preguntaron porque escribo, yo creo que escribo, porque cada vez que siento la herida profunda en mi alma, me surge un talento de aliviar mi dolor. No importa como, ni de que manera, sobre un trozo de papel roto, una servilleta, una fotocopia que no me es útil, sobre las hojas del árbol, sobre el viento, sobre el silencio donde mi mente intenta memorizar, siempre habrá un recurso donde apoyar el lápiz. Quizás a través de un cuento, un relato, una poesía, una versión de mí cada día mejorada aún más, a través de una conversación con mi pasado, con mi infancia adormilada sobre el sofá, sobre mi porvenir aún no descubierto. Siempre escribiré. Sentiré esa necesidad de dejar en letras mi legado.