Sobre una hoja blanca...
Hay una capacidad que se desarrolla cuando estamos al límite, cuando sentimos que se pone en riesgo nuestra más preciada integridad. Entonces, es allí cuando tenemos que decidir, o dejarnos morir, o sentir que caemos en un pozo negro del espacio, para explotar en milésimas partículas que forman un planeta. Mi planeta, este que me detiene, que me mantiene en suspenso transitoriamente para reconstruir mi porvenir.
Hay una capacidad, una habilidad que nos impulsa a actuar para sobrevivir. Para ser sobrevivientes ante la fuerte tormenta a la que nos exponemos día a día, cuando decidimos seguir sosteniendo nuestra esencia. Aquello que nosotros somos, en la intimidad de nuestras puertas para adentro. Una esencia que elegimos compartir con la imagen que reflejamos al espejo, y que queremos mostrar a los demás.
De repente, la hoja blanca, ya no es tan blanca, algo se ha escrito con mis pasos en el tiempo. Algo que no sabia de mi misma. Y cuanto daría por cambiar este talento, por un poco de fraternidad. Sin embargo, no reniego de mi Don, y me enorgullece saber que he podido hacer del vacío que me habita. Unas fichas han movido mi deseo, me han sacado perpleja de la petrificación a la que me sometía mi destino. Sin embargo, las piezas de ajedrez, se han movido a mi favor y hoy vivo en paz...y hoy vivo!
Romina L. Sasselli.