Liam y su guía del viajero...
IMPLACABLE SOLEDAD
Algunas veces salía a mirar el mundo por la ventana. La curiosidad era mi brújula, siempre encontraba un rincón de eje cardinal inexplorado. Y en ese juego enhebraba los hilos de aquel relato, habían comas y puntos que no solían encajar en ninguna lado, frases deshechas, deshilvanadas para mi edad.
Algunas veces salía a mirar el mundo por la ventana. Adentro el cielo se caía sobre mis pies. Afuera era un celeste inalcanzable para mis brazos ya desgastados por luchar.
Quería abrazarte, sentir tus brazos sobre mi cuello, decirte como tu hijo, lo mucho que te amo. Implorarte que no permitas que me hagan daño, que me apretes la mano y me digas te quiero, yo soy tu madre, y aunque se caiga el cielo a tus pies, levantaremos con esfuerzo tu lugar en el mundo. Pero en un instante...eso fue sólo una ilusión que se deciso con el silencio al que te introduce la violenta soledad.
Y así en la oscuridad necesitaba tu presencia, poder pronunciar entre lágrimas mamá. No me dejes mamá!!!, que muy pronto vendrán los monstruos a buscarme, y yo no podré hacerles frente con tanta soledad.
MARCAPASOS
Pasos adentro, el latir de mi corazón, acrecentaba su volumen, eramos él y yo solos en la inmensa oscuridad. Quería dormirme, olvidar que existía, e introducirme en un sueño profundo del que nunca despertar. Para qué despertar? si no tenía tu amor, se había evaporado desde hacia tiempo. Para que despertar? si mañana sería lo mismo, una y otra vez esa implacable e insistente soledad.
Cada noche mis ojos se cerraban escuchando el ruido del cielo cayendo sobre mis pies...
Contaba los latidos de mi corazón, para ver si se detenían sus pasos. Pero cada mañana al despertar recordaba un nuevo resonar...
MI MUNDO DE PAPEL
Como quién construye un castillo en la arena para sobrevivir, con tan sólo mis 9 años de edad, me construí un mundo de papel. En él, el cielo era turqueza de día, y en las noches las estrellas me hacían compañía. Este sí era un cielo que no se caía, y si a veces imaginaba que sí, volvía a su sitio, luego de tener que resistir. Yo solito debería de encontrar un lugar en el mundo donde sentirme a salvo.
Y me preguntaba ¿como iba a hacer para crear un mundo tan grande en tan pequeño papel? ¿Cuánto dolor quepará en mi corazón? ¿Y Cuánto lugar habrá para sanar esta historia de amor?
OTRO PLANETA
Una noche me asomé a la ventana, y observé por la mirilla un cielo en el cual ya no cabía otra lucesita. Recordé que una vez mi abuelo me dijo: ¡Liam cuando te sientas muy triste, recuerda que en alguna luz muy brillante del cielo, hay un ángel guardián para ti! Entonces emprendí el camino, confié en que alguna vez alguién me cuidaría...y me pregunté: ¿habría alguien allí tan solito como yo, alguién que ya no puede regresar? Alguién que se a quedado allí colgado de la punta de una estrella, mirando cabiz bajo a la tierra, empatizando quizá con alguna tristeza.
Entonces, tomé el telescopio, un mapa, y elegí un cometa, para emprender mi exploración de viajero ¿Cuanto tiempo tardaría en llegar? Atravezaría las lineas astrológicas que forman las estrellas, para llegar a tu corazón, explorar desde afuera los valles, las montañas, los multicolores de los diferentes paisajes de mi planeta.
Dicen que cuando un niño pequeño huye de su hogar, tiene la necesidad de expresar lo disconforme que se siente donde esta. Y eso nadie se lo ha puesto a preguntar? ¿Porque un niño pequeño como yo, querría irse de al lado de las personas que más ama? Cuanto para explorar...aquí, allí, es el mismo corazón que se achicharraba como una pasa de uva...avejentado por lo que ya no podía soportar más....
EL EQUIPAJE
¿Me preguntaba que llevaría un niño dentro de su maleta? Hay quienes guardarían un pulover, una campera, por si allí en aquel planeta tan lejano hace mucho frío. Otros quisieran guardar sus juguetes, su auto cadillac amarillo última generación, sus cartas de Start Wars o su pelota, para hacer jueguitos con el pie y chocarla contra la luna, quizás traería de vuelta algo más que desconocía. Yo quisiera guardar coraje, porque sé que de adulto lo voy a necesitar, cuando ante la vida, adquiera mayor responsabilidad. Yo quisiera llevar el valor en mi equipaje, porque sé que alguna vez, será aquel el que me salvará, arriesgaré mi verdad al mundo y tendré que juntar en un frasquito mucho valor para ello.
Guardaré también interrogantes, para que la maleta se haga más liviana. Creo que es de esa manera y no de otra que podré continuar mi camino. Algún dilema que aún no pueda ser respondido, para quitarle peso a este equipaje pesado que desdobla mi imagen, que dificulta mi crecimiento, que me corva la espalda. Alguna vez mi equipaje estará cargado con la liviandad de una vida que se asume honesta, que no titubea en el decir lo que haya que decir.
Ojalá no todos los niños del mundo tengan que cargar con lo que yo he tenido que cargar. Y que tanto me ha costado tener que despojar. Ojalá la luna traiga de vuelta en un pelotazo todo lo que no me han sabido dar. Un trozo de amor, que no se jacta de justificar el daño.