ÁGUILA

 


Dejé las plumas viejas a un costado del mundo, 

renové las alas para renacer 

a todos los cielos despejados de violencias. 

Dejé los huesos maltratados 

por la erosión del paso de los años, 

corroidos por una corriente de agua

avasallada de terror.


Dejé una antigua vestimenta, 

agujereada por los duelos eternos. 

Llorando a escondidas, 

para no verme reflejado en los ojos

vulnerables y vivos de emoción

Y cuando creí morir,

comencé a nacer nuevamente. 


Romina Laura Sasselli







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