DIÁLOGO AL ANOCHECER
contrae el horizonte,
y mi alma se abatió
al combate de la oscuridad,
la noche y yo
nos debatiamos en silencio,
un diálogo interno, complejo,
abriendo al compás de la melodía
del tiempo.
El mar desplegó su blanca cola,
la noche y yo,
y el mar,
barriendo la arena
sobre mi cabeza.
Contemplé la luz disiparse
frente a mis ojos,
el pasado esfumándose
con débil consistencia,
fluyendo con impetú de desvarío,
sobre las olas que vienen y van.
Y mis pies enterrados en la playa,
se han quedado quietos,
intentando sujetar la belleza,
que arroja la luna,
en la noche despierta.
Romina Sasselli.