ACONTECER
Me sumergí en sus ojos,
y un campo de flores se abrió
cómo puerta al paraíso,
un vendaval de palabras,
encontrando hogar en las poesías,
cobijando mi pulso, fulgurante y con vida.
Sostuve en la eterna escritura
su inesperada melodía,
cantaban pájaros, y chicharras al calor del mediodía,
quien sabría que otros vuelos alcanzaría,
si sobrevivía entre las copas de los árboles,
y la luz de un nuevo día?
Quien sabría cuánto tiempo perduraria,
si sostendría entre letras el valor de su autonomía?
Me sumergí al acontecer que las olas del mar mecía,
y un manto de estrellas del negro cielo caían,
eran guirnaldas colgando festejando la estadía
de todos los sueños que alguna vez encontrarían su punto de partida.