INFORTUNIO


 Quise callar y gritar lo que sentía en silencio, 

cuando no bastaban las palabras, 

el cuerpo hacia signo, espejo de la angustia. 

Cuando no bastaban los silencios,

ya no quedaba nada más que resignación. 


Algo crujia cómo un aullido en mi interior,

Cuando me atrevia a ser fuerte, 

cómo cuando el sol crece más allá del horizonte, 

y se hace adulto al madurar con su color naranja y miel. 


Quise callar y enterrar en cenizas 

la nostalgia,

quise decir y las palabras se desintegraban, 

cómo los restos de un pasado que ya no vuelve,

porque no tiene que volver,

se iban desintegrando uno a uno los recuerdos, 

cómo quien olvida al mirar el amanecer. 


Prósperos son los días próximos, 

que siguen una ruta descontinúa sobre las olas del mar, 

sometiéndome al infortunio de no saber que depara la vida, 

aquí estoy sujeta a naufragar con balsa o sin balsa, 

remando o nadando hacia donde salen los pájaros a volar. 


Romina SASSELLI. 





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